Resulta llamativo que en las Islas Canarias no haya tanta afición como en la Península por la recolección de setas, aunque en los últimos años hay cada vez más curiosos de la naturaleza, senderistas y aficionados a la gastronomía que se han iniciado en la noble ciencia de la micología. A pesar de este cierto aumento en la presión de los bosques de las islas, es precisamente esta escasa afición a recoger setas algo muy agradecido en Canarias, ya que gracias a esa menor presión es más fácil encontrarlas, llegando a desarrollar estas mayor tamaño de lo habitual. Y es que en el archipiélago se han llegado a datar más de 500 especies. En esta ocasión vamos a ver las setas en Tenerife, una isla con muy buenas condiciones para la afición a la micología.

Setas en Tenerife: los pinares y sotobosque
Llega el otoño y la época de lluvias al pinar, ese hábitat especialmente ideal para las setas en Tenerife, proporcionando un sustrato de asentamiento idóneo para ellas, así como también en zonas de bosque mezcladas con escobas y brezos y zonas de sotobosque con helechos, matorrales de jara y otras especies. Las setas son un alimento natural exquisito, lo único que te recomendamos es que si no estás seguro de que una seta sea comestible o no, no lo dudes ni un segundo: descártala o pregunta a un experto. Te mostramos aquí las especies comestibles más típicas de Tenerife:

Níscalo (Lactarius deliciosus)
Muy apreciados por su estupendo sabor, podremos encontrar níscalos entre el comienzo del otoño y principios de invierno; está presente en los pinares y en zonas de arbustos con jaras, y está calificada de excelente comestible. El tradicional níscalo tiene un sombrero naranja, que con la edad tendrá más o menos zonas verdosas, es perfecto para acompañar cualquier tipo de carne.

Boletus común o seta de Burdeos (Boletus edulis)
Los boletus de la isla de Tenerife son famosos por su tamaño, hace pocos años se recogió un boletus de 5,1 kg en Tenerife. El truco es que en la isla hay menos presión para las setas (hay menos recolectores), y a los boletus les da tiempo a crecer. Calificada de categoría gastronómica superior, su localización en mayor o menor medida dependerá de la época y régimen de lluvias. La época ideal para recolectar boletus es a finales de otoño y durante todo el invierno. La zona más abundante en boletus se sitúa en el norte de la isla, en los bosques de pinar, en suelos ácidos en general, con una pluviometría más generosa. Muy carnosa, de pie muy grueso, de color marrón pardo, con un sombrero hemisférico que se se convierte en convexo. Plano por debajo. Sin duda, la estrella de las setas en Tenerife.

Rebozuelo (Cantharellus cibarius)
Si ves un rebozuelo en Tenerife, seguramente es que estás caminando por una zona de castaños. Con las raíces de estos árboles los rebozuelos forman microrrizas, y tienen un fuerte color amarillo tirando a yema, con muchos pliegues y un pie que se estrecha hacia la base. El sombrero llega a tener 12 cm, y su carne es espesa, muy consistente. En general son muy fáciles de identificar. Calificado de excelente comestible, de sabor dulzón, con un recuerdo a albaricoque, como las otras setas también se encuentra entre otoño e invierno, e incluso algunos elaboran alcohol muy aromático con ella, el licor de cantarelas. Es sin duda una de las setas en Tenerife más deliciosas, siendo probablemente la seta más consumida.

Pistonuda (Lepista nuda)
De sabor fuerte, la pistonuda debe su popular nombre a parecido con su nomenclatura científica. La podemos encontrar en otoño e invierno. Con un sombrero duro y carnoso de hasta 20 cm de diámetro, muy carnoso y olor afrutado y sabor dulce, como a anís, la pistonuda es muy abundante en pinares mixtos. Tiene un color variable, de joven tiene un tono azulado, lila o violáceo en su base, que con la edad llega a ser de de tonos marronáceos. La podemos encontrar a veces formando corros de brujas. Considerada muy buen comestible.

Colmenilla (Morcella esculenta)
En otoño será difícil encontrar una colmenilla, pero en invierno y a comienzos de primavera las podremos ver en la isla de Tenerife en las zonas más verdes. Tiene un sombrero cilíndrico y con forma de panal de abejas (son los alveolos), está considerada exquisito comestible y puede ser confundida con otras especies. No pueden ser consumidas crudas, y son muy apreciadas por los chefs de Francia y España, de carne frágil, de textura y aroma muy suace, perfecta para salsas.
… Y las setas venenosas de Tenerife
Por supuesto, conviene conocer muy bien cuáles son las setas venenosas, las que no debemos coger jamás, saber distinguir aquellas con características similares a otras comestibles y no dudar nunca ante una seta venenosa que tengamos delante.

En las Islas Canarias nombraremos solo dos especies que son venenosas, dos amanitas: la seta matamoscas (Amanita muscaria) y la amanita pantera (Amanita pantherina), que aunque no son mortales, provocan trastornos digestivos, diarreas, alucinaciones y otros males. Ambas se encuentran también entre las setas de Tenerife, aunque son muy fáciles de identificar.

Fotos: antropocene.it, oliveryanes.com, cesta-de-setas.com.