En Canarias, con la palabra “finaos” o “finados”, que significa “difunto”, se hace referencia a una fiesta popular de las islas que se lleva a cabo en la noche previa al Día de los Difuntos, celebrado el 1 de noviembre. Durante la Noche de Finaos era costumbre que se rindiera culto a los difuntos y se ofrecieran sufragios a las ánimas.
¿Qué son los Finaos?
Antiguamente, los Finaos era una práctica en la que se reunían familiares, amigos y vecinos. Se velaba toda la noche contando chascarrillos, narrando cuentos y debatiendo, así como también consumiendo los frutos de la época, castañas, nueces, manzanas del país, y bebiendo vino dulce, anís o ron miel para combatir las gélidas temperaturas de la estación otoñal.
Costumbres de la Noche de Finaos
Respecto a las costumbres de esta celebración, a pesar de que han ido cambiando con el paso del tiempo, se siguen manteniendo algunas como amasar el pan de Finados, elaborar buñuelos, pan de huevo, botadas, empanadas, entre otros.
Durante este día, , los más jóvenes visitaban las casas del pueblo, llevando consigo una talega y pidiendo “los santos”. Tocaban las puertas y cuando les abrían, preguntaban: “¿Hay santos?”. Los dueños de la casa decían “Sí” y depositaban en la talega almendras, nueces, higos pasados o castañas.
Por la tarde, la mujer de mayor edad de cada familia recordaba a los muertos. La madre o abuela contaba anécdotas de los difuntos de la familia y los hacía presentes con sus palabras, al tiempo que todos compartían la merienda.
Luego llegaba el Baile de los Finaos donde se salía a la calle cantando al son de malagueñas con los Ranchos de Ánimas. Estos grupos, típicos de la isla de Fuerteventura, estaban formados por personas que sabían tocar algún instrumento o tenían buena voz para cantar.
Los Ranchos de Ánimas, en fechas señaladas, recorrían los pueblos cantando o rezando a los difuntos. Recibían a cambio pequeñas cantidades de alimentos o dinero que se destinaba a sufragar las misas por las almas de los difuntos. En el siguiente enlace puedes conocer un poco mejor y escuchar un verdadero Rancho de Ánimas.
En los pueblos, la muerte de una persona no pasaba nunca desapercibida, ningún vecino era ajeno a ella. La casa del fallecido se convertía en el centro de la actividad social. Se puede pensar que el Día de los Difuntos ha existido desde siempre, mucho antes de que la iglesia le pusiera fecha a la festividad, pues coincide con el final del otoño, de las cosechas y con la preparación para el invierno.
Paula Vera
Fotos: Ayuntamiento de San Juan de La Rambla, Gobierno de Canarias, Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, isladetenerifevivela.com