Su singularidad y paisajes hacen que la isla de El Hierro sea el escenario perfecto para multitud de historias y leyendas. Estas forman parte del patrimonio del archipiélago canario. En este artículo hablaremos sobre una de las leyendas canarias más famosas, Esta tiene como escenario principal la «Isla del Meridiano»: El grito de Ferinto.
El Hierro, la isla más occidental
El Hierro es la isla que se encuentra situada más a occidente y más al sur de todas las que conforman el archipiélago canario. Con apenas diez mil habitantes y una superficie de alrededor de 280 kilómetros cuadrados, es también la segunda isla más pequeña después de La Graciosa.
La línea de costa es bastante escarpada. En muchos puntos presenta grandes y rocosos acantilados, casi inaccesibles, que son precisamente uno de los fenómenos geológicos más llamativos. Sin embargo, el paisaje de la isla presenta bastante variedad y también abundan las praderas y una espesa vegetación subtropical.
Declarada reserva de la biosfera en el año 2000, El Hierro se aleja del turismo convencional de las grandes islas. Se mantiene como un destino para gente que prefiere la naturaleza en estado puro. La isla es el lugar ideal para realizar senderismo y actividades acuáticas como el buceo y la pesca submarina.
Por qué se la conoce como «Isla del Meridano»
La isla, históricamente, ha sido conocida con numerosos nombres antes de llegar a su denominación actual. Ombrion, Capararia, Pluvialia , Eseró o Hero, son algunas de las designaciones más conocidas. Pero, sin duda alguna, el nombre de “Isla del Meridiano” es el que esconde la más famosa historia. Este se atribuye a Ptolomeo. Este fue un astrónomo greco-egipcio que situó, en el siglo II, el Meridiano Cero en el extremo oeste de la isla, coincidiendo justo con la Punta de Orchilla. Así permanecería durante siglos hasta que, en 1884, fue trasladado a Greenwich.
Los primeros pobladores de El Hierro como Ferinto
Los primeros pobladores de la isla de los que se tiene constancia fueron los bimbaches. Con este nombre se conocen a los aborígenes canarios que residieron en El Hierro al menos desde el año 120 de nuestra era, hasta la conquista a principios del siglo XV por Juan de Bethencourt. Los bimbaches legaron numerosos petroglifos, como los letreros de El Julan. Estos son los más extensos y significativos, donde también se pueden contemplar restos del antiguo lugar de reunión de los aborígenes denominado «Tagoror».
La leyenda del grito de Ferinto
Cuenta la leyenda que, cuando el conquistador Juan de Bethencourt arribó a las costas de El Hierro, vivía en la isla un bimbache de nombre Ferinto. Era conocido por su infatigable espíritu de lucha, además de resultar un verdadero quebradero de cabeza para los conquistadores, a quienes hostigaba sin cesar. Siempre perseguido, Ferinto lograba siempre dar esquinazo a sus enemigos haciendo gala de una agilidad poco común.
Pero el esquivo bimbache fue traicionado por uno de sus compañeros. Este vendió el paradero del valiente Ferinto a los conquistadores que sin demora fueron a capturarle. Ante la llegada por sorpresa de los conquistadores, Ferinto huyó lo más rápido que pudo. Pero el camino se vio cortado por un hondo barranco.
Atrapado entre el abismo y sus enemigos, el bimbache se planteó por un momento el sentido de su existencia. A su mente acudió la desoladora idea de la derrota, de la pérdida de todo lo que conocía a manos de unos extraños que trataban a sus hermanos como esclavos. Más dispuesto a morir que a vivir, Ferinto tomó carrera y saltó, pero para su sorpresa, logró cubrir el tramo entre ambas laderas del barranco. Esto dio nombre al Salto del Guanche, ubicado en las cercanías de Valverde, actual capital de la isla.
Tristemente, su ya legendaria hazaña sólo consiguió retrasar un poco más lo inevitable puesto que ya los conquistadores comenzaban a rodearle. Viéndose en esa situación, presentó su última batalla. Cuando se vio casi derrotado y sin esperanza, profirió un sonoro grito que atravesó la isla de lado a lado. Este llegó a oídos de su madre. La pobre anciana, al escuchar el desgarrador grito de su hijo y notar su desesperación, supo al instante que Ferinto había caído al fin.
La leyenda de El grito de Ferinto forma parte de las historias de la isla de El Hierro. También la historia del árbol sagrado de El Hierro, el Árbol Garoé. Hablamos más extendidamente de esta leyenda en este artículo: Árbol Garoé, el árbol sagrado de El Hierro.
Canarias es una tierra con mil cosas para ver, explorar y conocer. Si estás interesado en conocer más datos interesantes sobre las Islas Canarias, su cultura y sus tradiciones, te dejamos a continuación el enlace a la sección Cultura y tradiciones.
Paula Vera
Fotos: holaislascanarias.com, xlsemanal, villagrancanaria.com, canariasconfidencial.com