En la prehistoria canaria, el uso de la cerámica era muy variado y funcional, todo relacionado con lo doméstico y lo alimenticio. La cerámica más antigua datada tiene que ver con recipientes de fondo cónico y con una asegurada procedencia norteafricana. En la actualidad, existe un importante legado de cerámica tradicional canaria conservada en la amplia red de Museos Etnográficos y Arqueológicos de Canarias.
Historia de la cerámica tradicional canaria
Se llama cultura de sustrato al tipo de manifestación cultural de los primeros pobladores de Canarias. Su característica principal es que no reciben influencias avanzadas de otros pueblos y se mantienen en lo arcaico de su elementalidad.
La cerámica es el arte de fabricar recipientes, vasijas y otros objetos de arcilla u otro material cerámico y que, por acción del calor, se transforman en recipientes aptos para el uso humano. Los primeros recipientes usados en el Archipiélago para contener y conservar líquidos estaban hechos de piel, como los llamados odres. Las vasijas talladas en madera también fueron utilizadas para este fin, aunque en menor medida. Pero el material más utilizado para la elaboración de la cerámica tradicional canaria era el barro cocido.
Tenerife y La Gomera son un claro ejemplo de pureza, conservación y marginación cultural, manteniendo muchos elementos intactos. En otras islas como Lanzarote, Fuerteventura, Gran Canaria o La Palma, el tratamiento de la cerámica evolucionó mucho más debido a los contactos que se produjeron con otras civilizaciones y a la relativa prontitud del proceso de Conquista.
Además, la cerámica aborigen de Gran Canaria tiene muchas singularidades con respecto a la de otras islas del Archipiélago. Cuenta con una variada tipología de formas, una extraordinaria riqueza plástica, así como una decoración pintada que combina múltiples elementos geométricos.
Elaboración de la cerámica
La mayoría de estos utensilios estaban elaborados con arcillas que provenían de los suelos volcánicos. La técnica fundamental con la que se elaboraba la cerámica ha perdurado hasta nuestros días en algunos pueblos bereberes del norte de África.
El oficio estaba destinado a la mujer aborigen, quien decoraba las vasijas con sencillas herramientas como callaos de mar, trozos de madera, punzones o piezas de hueso. En algunas islas, se ornamentaban también con diversos motivos geométricos hechos con pintura roja, negra y blanca.
Por otro lado, la cerámica tradicional canaria era cocida al aire libre, en un hoyo o una hoguera con unas temperaturas no muy elevadas y que daban lugar a la fragilidad y porosidad características de la cerámica del Archipiélago.
Sus distintos usos
La utilización que se le dio a la cerámica es muy variada, aunque principalmente estaba destinada al uso doméstico y alimenticio. El tostado de granos podría realizarse en vasijas de escasa profundidad y amplia base. En el cuidado y explotación de animales, también se utilizaban recipientes variados como utensilios apropiados para el ordeño de las cabras y el vertido de diferentes líquidos. Algunas vasijas pequeñas pudieron haber servido como lámparas cuyo combustible eran aceites animales.
La talla, el tabajoste, el bernegal, el sahumerio, el brasero o el lebrillo son algunos de estos utensilios que han pervivido durante siglos en la cultura canaria.
Paula Vera
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