Los menceyes de Tenerife, los reyes guanches de la isla

Mencey era el término en lengua guanche con el que los aborígenes de Tenerife (Canarias) designaban al jefe o rey de una demarcación territorial o menceyato antes de la conquista de la isla por la Corona de Castilla en el siglo XV. En este artículo hablaremos de los menceyes y de los distintos menceyatos que existieron en la isla de Tenerife.

Procedencia del término ‘mencey’

Los primeros historiadores que recogieron la voz aborigen mencey en sus obras, traducían el término simplemente como ‘rey’. Así, el dominico Fray Alonso de Espinosa indica en varias partes de su obra que «el Rey se llamaba Mencey» o «Mencey, que es rey».​ Por su parte, el ingeniero Leonardo Torriani dice que los guanches tenían «un rey, a quien ellos llamaban Mencey», y Juan de Abréu Galindo igualmente que «al rey lo llamaban Mencey».

El filólogo e historiador Ignacio Reyes propone el significado más exacto: ‘principal, primero’, desde una posible forma primitiva manza y al comparar el término con las lenguas bereberes.

Características de los menceyes

Los menceyes eran la máxima autoridad de la jerarquizada sociedad guanche, ostentando el poder absoluto en lo civil, religioso y militar. Todo el territorio y sus recursos eran propiedad del mencey, que lo repartía entre la población en consideración a la categoría social y los servicios prestados.

La sucesión era fraternal, es decir, cuando un mencey moría heredaba su hermano y así hasta que acabada la línea lateral. Llegado a este punto, volvía el cargo al hijo mayor del primer hermano. Cuando el mencey era elegido juraba ante el tagoror, una asamblea formada por los nobles y ancianos. Durante la ceremonia el elegido besaba el hueso del más antiguo de su linaje guardado para este fin y luego, colocando el hueso sobre su cabeza, juraba diciendo: “Agoñe yacoron yñatzakaña chacoñamet”, que quería decir: ‘Juro por el hueso de aquel día en que te hiciste grande’.

Los menceyes mantenían la pureza de la sangre, casándose únicamente con la alta nobleza isleña, llegando incluso a los matrimonios entre hermanos.

Historia de los menceyes en Tenerife

El doctor e historiador Juan Bethencourt Alfonso nombra en su obra Historia del pueblo guanche, toda una dinastía anterior al último rey absoluto de Tenerife, Tinerfe, apodado el Grande, tomada de la tradición oral de la isla, aunque él mismo avisa de que son más legendarios que reales. Para él, el soberano más antiguo que se recuerda fue Archinife, que fue derrocado por el noble Ucanca, el cual fundó una nueva dinastía. Tras esto, y descendiente de este, llegó Binicherque, el cual se casó con una princesa de Gran Canaria.

Siglos después apareció el belicoso Chíndia, que ocupó el poder después de derrotar a sus tíos. Muerto Chíndia, la isla se dividió entre su hermano Armeñime y su hijo Vinque, que murieron a la vez en batalla. Así quedó heredero Betzenuriga, si bien sus tíos Taburco, Naga y Góymar se coronaron por sus provincias de Teno, Anaga y Güímar, respectivamente. Betzenuriga derrotó a sus tíos, porque según Bethencourt Alfonso en 1347 era ya rey único de Tenerife. Le sucedió Titañe, que también disputó el poder con sus tíos. Su hijo, Sunta, derrotó a los hermanos de su padre, que se habían instaurado como reyes de sus territorios. A la muerte de Sunta lo sucedió su hijo Tinerfe, apodado el Grande, tras cuya muerte sus nueve hijos se dividieron la isla en otros tantos reinos, conocidos como menceyatos.

Los nueve hijos del mencey único

Los nueve hijos del último mencey único de la isla fueron Acaymo, Atguaxoña, Atbitocazpe, Betzenuhya, Caconaimo, Chincanairo, Tegueste, Rumen y Beneharo. Los descendientes de estos menceyes eran los que gobernaban la isla en tiempos de la conquista, y sus nombres eran Añaterve, Adjoña, Pelinor, Bencomo, Romen, Pelicar, Tegueste, Acaimo y Beneharo.​

Aunque se ha popularizado la idea de que los nueve menceyes de la conquista eran hijos directos de los nueve vástagos del último mencey único de la isla, los primeros historiadores indicaban que eran descendientes, no hijos. Se debe al historiador José de Viera y Clavijo en el siglo XVIII esta concepción sobre las dinastías guanches.6

En 1502, años después de dar por conquistada la isla, se reunificó el menceyato de Adeje bajo el mando del mencey Ichasagua.

Los menceyes más relevantes y sus menceyatos durante la conquista.

Acaimo, menceyato de Tacoronte

Durante la conquista, Acaimo se confederó con el mencey Bencomo para rechazar la invasión, participando activamente en los enfrentamientos sucesivos, algunos de los cuales tuvieron lugar en su propio territorio, la Matanza de Acentejo.

Adjoña, menceyato de Abona

Hacia 1490, Adjoña firmó paces con el gobernador de Gran Canaria Pedro de Vera, ratificando el acuerdo con Alonso Fernández de Lugo en 1494 poco después de su primer desembarco, convirtiendo así a su menceyato en bando de paces durante la conquista.

Añaterve, menceyato de Güímar

En su territorio se había llevado a cabo una importante misión evangelizadora desde mediados del siglo XV, fue el primer mencey en pactar paces con los europeos, convirtiéndose así su territorio en bando de paces.

Bencomo, menceyato de Taoro

Era el mencey más poderoso de la isla, siendo considerado un «Primus inter pares». Fue el caudillo de los bandos de guerra guanches. Murió en combate en noviembre de 1495.

Beneharo, menceyato de Anaga

El mencey Beneharo pactó paces en 1492 con Lope de Salazar, quien había sido enviado por el gobernador de Gran Canaria Francisco Maldonado. Tras una razia esclavista realizada poco después contra los guanches de Anaga, el mencey retiró su apoyo a los europeos aunque tras el desembarco de Alonso Fernández de Lugo renovó las paces con los castellanos.

Pelinor, menceyato de Adeje

Como mencey de bando de paces que apoyó activamente a los conquistadores, fue ampliamente recompensado por Fernández de Lugo. Recibió en repartimiento varias tierras y según creen los genealogistas se le concedió un escudo de armas.

Pelicar, menceyato de Icod

Pelicar se unió al mencey Bencomo de Taoro para repeler la invasión castellana en 1494, incluyéndose su menceyato en los bandos de guerra. Sin embargo, algunos historiadores como Viera y Clavijo indican que Pelicar no se alió con Bencomo, pues desconfiaba de las ambiciones de este.

Romen, menceyato de Daute

El mencey Romen se alió con Bencomo en contra de la invasión castellana, siendo su menceyato uno de los bandos de guerra. No obstante, algunos historiadores aluden a que rehusó aliarse con Bencomo por no querer someterse a que el mencey de Taoro dirigiese al resto en la contienda.

Tegueste II, menceyato de Tegueste

Tegueste se alió con el mencey Bencomo para rechazar la invasión, participando activamente en los enfrentamientos sucesivos. José Viera y Clavijo refiere que, para la batalla de Aguere, el mencey llevó consigo unos 1200 guerreros.

Bentor, menceyato de Taoro

Bentor fue hijo y sucesor del mencey Bencomo de Taoro encargándose también de liderar a los bandos de guerra. Participó junto a su padre en los enfrentamientos que tuvieron lugar durante la conquista de la isla. Tras continuas derrotas, Bentor y sus partidarios guanches, se refugian en los altos de la ladera de Tigaiga, donde el mencey decide poner fin a su vida arrojándose al vacío.

Canarias es una tierra con mil cosas para ver, explorar y conocer. Si estás interesado en conocer más datos interesantes sobre Doramas, el aborigen de Gran Canaria, y las Islas Canarias, su cultura y sus tradiciones, te dejamos a continuación el enlace a la sección Cultura y tradiciones.

Fotos: Canarias Noticias, Flickr

Compartir:

Descárgate ahora nuestra guía digital gratuita

Si estás buscando una guía digital que te ayude aprovechar al máximo tu viaje a Tenerife, nuestra guía Qué ver en Tenerife en 4 días está creada para que conozcas todo lo imprescindible y más en tu viaje.

Artículos destacados

Otros artículos sobre...

¿Vas a Tenerife y aún no tienes planning?

Descárgate gratis nuestra guía «Qué ver en Tenerife en 4 días» y descubre todos los rincones de Tenerife para que aproveches al máximo tu viaje.