La gastronomía canaria, fruto del mestizaje entre culturas, del aprovechamiento de los recursos autóctonos y del legado de generaciones, es uno de los tesoros menos explorados por quienes visitan el archipiélago. Más allá de los mojos, las papas arrugadas o el gofio, existe un pilar culinario que resume a la perfección el alma de las Islas Canarias: sus caldos y potajes canarios. Elaboraciones humildes, nacidas en las cocinas de las abuelas, que han resistido el paso del tiempo para ocupar hoy un lugar central en el recetario canario.
El origen de los caldos y potajes canarios: tradición, necesidad y mestizaje
Los caldos y potajes canarios tienen su raíz en una cocina de subsistencia, marcada por las condiciones geográficas y climáticas de las islas. Durante siglos, los guisos fueron el sustento diario de las familias canarias, que aprovechaban todo lo que ofrecía la tierra: hortalizas, legumbres, papas, batatas y, cuando se podía, carne o pescado.
Con la llegada de los conquistadores castellanos en el siglo XV, se produjo una fusión entre los ingredientes autóctonos y las técnicas peninsulares. A esta combinación se sumaron los aportes de las culturas africana y latinoamericana a través de los intercambios comerciales, dando lugar a un recetario que es, en sí mismo, un reflejo de la historia del archipiélago.
Desde sus inicios, los potajes han estado ligados a la economía rural. Eran platos que se cocinaban a fuego lento durante horas y se compartían en familia. La evolución de estos platos no ha alterado su esencia, aunque hoy día, muchos se reinterpretan en restaurantes de autor sin perder su carácter popular.

El recetario canario: una herencia viva
El recetario canario es uno de los más ricos y variados del ámbito nacional. A diferencia de otras regiones peninsulares, en Canarias la cocina tradicional sigue ocupando un papel protagonista tanto en los hogares como en la restauración. Esta permanencia ha sido clave para que caldos y potajes canarios se sigan transmitiendo oralmente y también se plasmen en libros y recopilaciones que rescatan recetas casi olvidadas.
En los últimos años, la gastronomía canaria ha experimentado un renacer gracias al impulso de chefs que han sabido modernizar el recetario sin traicionar su origen. En este contexto, los caldos y potajes canarios han vivido una especie de redescubrimiento, pasando de platos de la memoria a propuestas gastronómicas de gran valor cultural y culinario.
Los caldos y potajes canarios que todo visitante debe probar
Quien visite las Islas Canarias y quiera entender su esencia, no puede marcharse sin haber probado al menos algunos de estos caldos y potajes canarios, platos que hablan de territorio, tradición y sabor.
1. Potaje de berros
Es uno de los más representativos y apreciados del archipiélago. Este potaje se elabora con berros frescos, papas, calabaza, judías, maíz (piña), zanahoria y, en ocasiones, algo de carne o costilla de cerdo. Se acompaña habitualmente con un poco de gofio escaldado. Es típico de muchas islas, especialmente La Gomera, donde es considerado una seña de identidad.

2. Caldo de millo
El millo (maíz) es uno de los cereales más importantes en la dieta tradicional canaria. Este caldo se elabora con piñas de millo, papas, calabaza, cebolla, ajo y hierbas aromáticas como el cilantro. Su sabor es suave pero muy reconfortante, ideal para los días frescos en las medianías de las islas.
3. Potaje de lentejas
Aunque las lentejas son habituales en toda la cocina española, el potaje de lentejas canario tiene una personalidad propia. Suele incluir papas, zanahorias, tomate, cebolla, ajo, pimiento verde y especias locales. En algunas versiones se añade chorizo o costilla, pero su esencia está en la combinación de verduras y legumbres.
4. Potaje de trigo
El trigo, grano ancestral, es protagonista de este potaje contundente y sabroso. Se suele combinar con verduras de temporada, garbanzos, papas, maíz y carne de cerdo. Es especialmente popular en Tenerife y Gran Canaria, donde se sirve como plato principal en muchas celebraciones familiares.

5. Caldo de pescado
Muy típico de las zonas costeras, este caldo se prepara con pescado blanco (como la vieja, el mero o el abade), papas, cebolla, tomate, ajo y pimiento. En ocasiones se acompaña con mojo verde y gofio, y puede servir como base para otros platos como el sancocho. Su sabor marino y suave lo convierte en un imprescindible para los amantes del pescado.
6. Caldo de papas con hierbahuerto
De elaboración sencilla pero muy reconfortante, este caldo es típico en zonas de montaña. Las papas se cuecen con ajo, cebolla, aceite, sal y abundante hierbahuerto (menta canaria), que le aporta un aroma inconfundible. Es uno de los caldos y potajes canarios más humildes, pero también más entrañables.
7. Potaje de col
Un potaje lleno de sabor y matices, que combina col rizada con papas, zanahorias, judías, calabaza y carne (habitualmente costilla de cerdo o panceta). Es común en varias islas y se considera un plato muy nutritivo, ideal para el almuerzo.
8. Potaje de garbanzos
Aunque se puede encontrar en todo el país, el potaje de garbanzos en Canarias suele elaborarse con un sofrito muy característico, y se enriquece con papas, chorizo, carne de res, pimiento y zanahoria. En algunos hogares se añade piña de millo, lo que lo hace más espeso y sabroso.
Una cocina que conecta con la tierra
Los caldos y potajes canarios son mucho más que recetas tradicionales: son testimonio de una forma de vida, de una relación respetuosa con la tierra y los ciclos de la naturaleza. Su elaboración, generalmente lenta y cuidadosa, invita a la pausa, al encuentro en torno a la mesa, al disfrute sin prisas.
La tendencia actual hacia una alimentación más consciente, local y sostenible ha favorecido el redescubrimiento de estos platos. En las islas, cada vez más restaurantes apuestan por incluir versiones creativas de los potajes en sus cartas, y se celebran jornadas gastronómicas dedicadas exclusivamente a ellos.

Caldos y potajes canarios, un patrimonio culinario
Visitar Canarias sin probar sus caldos y potajes es perderse una parte esencial de su cultura. Más allá de su valor nutricional, estos platos condensan siglos de historia, saber popular y adaptación al entorno. Representan una cocina auténtica, sin artificios, que ha sabido evolucionar sin perder su raíz.
En definitiva, los caldos y potajes canarios son un viaje al corazón del archipiélago, a sus casas de campo, a sus fiestas populares, a las cocinas donde la cuchara siempre ha sido reina. Quien los prueba, no solo alimenta su cuerpo, sino también su alma.
Si te interesa el mundo de los productos canarios y elaborados en Canarias, su gastronomía y quieres saber más, te dejamos a continuación el enlace a nuestra sección de Gastronomía.