En las Islas Canarias se elaboran algunos de los vinos más singulares del mundo. Al tratarse de un territorio al que no llegó a afectar la plaga de la filoxera, este conserva decenas de variedades que desaparecieron del resto planeta. El clima de las islas, el suelo volcánico y los vientos alisios confieren características únicas a los vinos canarios y al vino de Tenerife, del que hablaremos más profundamente en este artículo.
Origen de los viñedos en el Archipiélago y la filoxera
El origen de los viñedos en el Archipiélago se sitúa entre los siglos XIV y XV con la llegada de los primeros conquistadores. Estos introdujeron distintas variedades de vid procedentes de todo el mundo. La primera uva de la que se tiene constancia documental es una malvasía que llegó en el siglo XV a Tenerife.
Uno de los fenómenos que explica la singularidad y la antigüedad de las uvas isleñas es la filoxera. Esta plaga procedente de Estados Unidos devastó los viñedos europeos y provocó la desaparición de muchas variedades en el siglo XIX, pero nunca llegó a Canarias.
En la actualidad, el Archipiélago está considerado como un auténtico parque jurásico de variedades que, con el paso del tiempo, se han ido adaptado a las particularidades climáticas y edafológicas de las islas. Como resultado, se han producido variaciones en el ADN de las uvas dando lugar a las llamadas «variedades locales». Entre ellas: Malvasía Volcánica, Bermejuela, Verijadiego, Albillo Criollo, Listan Negro, Mollar Cano Rosado, Torrontés Volcánico, Albillo Forastero, etc. Muchas utilizadas en la producción de vino de Tenerife.
Las distintas D.O de vino de Tenerife
Los distintos tipos de vid se encuentran repartidas en diez denominaciones de origen distintas, cinco de ellas situadas solo en Tenerife: Tacoronte – Acentejo, Valle de La Orotava, Ycoden – Daute – Isora, Abona y Valle de Güímar. Las otras cinco, cada una en una isla distinta, exceptuando Fuerteventura, la única isla del Archipiélago en la que no existe tradición vitivinícola. El objetivo de estas denominaciones es acreditar y velar por el cumplimiento de la normativa de los vinos canarios, así como controlarlos, fomentar su consumo y promocionarlos.
D.O. Tacoronte – Acentejo
La comarca Tacoronte – Acentejo está situada en la vertiente norte de Tenerife y representa el 20 % de la superficie vitivinícola de Canarias. Los viñedos están situados entre los 100 y los 1 000 metros de altitud sobre el nivel del mar y aprovechan bien el sol y el suelo volcánico sobre el que se desarrollan.
Las plantaciones se encuentran en pronunciadas pendientes orientadas al norte y de cara al mar. Los suelos son de color rojizo, ricos en materia orgánica, con escasa proporción de cal y abundante nitrógeno, fósforo y potasio.
D.O. Ycoden – Daute – Isora
Abarca la amplia y verde comarca del noroeste de Tenerife, comprendiendo los municipios de San Juan de la Rambla, La Guancha, Icod de los Vinos, Garachico, Los Silos, Buenavista del Norte, El Tanque, Santiago del Teide y Guía de Isora. Los viñedos se asientan sobre suelos de ceniza y rocas volcánicas en parcelas localizadas desde los 50 a los 1 400 metros de altitud. Estas disfrutan de un clima que permite el desarrollo de una viticultura de calidad.
Las parcelas dedicadas al cultivo de la vid son generalmente pequeñas, escarpadas y casi no permiten la mecanización. Las variedades permitidas son veinte, siendo las más extendidas la listan blanco, listan negro y negramoll.
D.O. Valle de Güímar
La comarca vitivinícola del Valle de Güímar está situada en el sureste de la isla de Tenerife y comprende los municipios de Arafo, Candelaria y Güímar. El viñedo se extiende en esta comarca desde zonas cercanas a la costa hasta cotas muy altas, próximas a los 1 500 metros. Los suelos de origen volcánico y el predominio de los vientos alisios marcan el carácter y la personalidad del vino.
D.O. Abona
Esta D.O comprende los municipios de Adeje, Arona, Vilaflor, San Miguel de Abona, Granadilla, Arico y Fasnia, en el sur de la isla. Los viñedos de esta comarca se dividen en una zona media dominada por los jables que confieren al vino una personalidad propia y una zona alta, donde la tierra negra predomina. Los vientos alisios refrescan las temperaturas, lo que conlleva un adelanto considerable de la fecha de la vendimia en las zonas más bajas.
Dos bodegas para visitar en Tenerife
Suertes del Marqués
En pleno Valle de La Orotava se encuentra Suertes del Marqués, una bodega familiar que apuesta por levaduras autóctonas y trabajos exclusivamente manuales que dan a sus vinos una delicadeza y personalidad única. Además, evitan tratamientos sistémicos, utilizando solo productos naturales en la aparición de enfermedades.
Cultivadas en el tradicional sistema de cordón trenzado, un sistema de conducción único en el mundo, muchas de sus cepas rondan los cien años. Las variedades predominantes de la finca son la Listan Negro y Blanco. Estas conviven con otras autóctonas como Vijariego Negro, Baboso Negro, Tintilla o Albillo Criollo.
Envínate
Bodega con vinos procedentes de Tenerife (Taganana, Orotava y Santiago del Teide), Galicia, Extremadura y Castilla-La Mancha. La iniciativa de esta aventura corresponde a cuatro enólogos en la búsqueda de vinos frescos con poca intervención. Producción muy limitada de variedades autóctonas. Los de Tenerife son vinos donde se nota la influencia de los suelos volcánicos y los variados microclimas. Su bodega se encuentra ubicada en Santiago del Teide.
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Paula Vera
Fotos: canariasviaja.com, Bodega Suertes del Marqués, elespañol.com, vinosvalleguimar.com, vinetur.com
